martes, 8 de octubre de 2013

Eduardo Bello, ejemplo de superación. Algo acerca de TACA de Venezuela

El nueve de enero de 1945, con un Beechcraft D-18 con capacidad para seis pasajeros y dos pilotos, la aerolínea TACA de Venezuela comenzó las operaciones para las cuales se le autoriza meses antes, finiquitada la creación formal de la firma en Caracas.

Al comienzo, las rutas domésticas de TACA fueron Maiquetía-Ciudad Bolívar y Maiquetía-Maracaibo-Valera-San Antonio del Táchira.

Un grupo de inversionistas nacionales negoció con empresarios colombianos la franquicia para que la vieja aerolínea fundada por el bushpilot Lowell Yerex, originalmente centroamericana, la mayor carguera mundial en la década de los treinta, abriera operaciones en nuestro país. Las actividades de la United Fruit

La flota originaria de 1945 estuvo compuesta de un par de bimotores Beechcraft-18 arrendados, matriculados YV-AZB y YV-AZC, y pronto incorporó un Douglas DC-2 1/2 (fuselaje de DC-2 con las alas que luego utilizaría toda la producción de Douglas DC-3).

Taca fue nuestra la primera aerolínea en agregar a las rutas domésticas las cualidades para el vuelo del estelar bimotor Douglas DC 3, registrado con las siglas YV-C-AZO.

Abrió una página honrosa en los anales de nuestra aviación comercial incluyendo el pacto de 1946 para volar entre Caracas-Bogotá-Caracas, asociada a TACA de Colombia, de corta vida debido a la excesiva competencia y costos insoportables para los propietarios de la operadora en el vecino país.

Acá, ocupó pilotos jóvenes y no pocos criollos hicieron carrera como mecánicos, despachadores, aeromozas, etcétera. Veteranos de guerra trabajaron como pilotos y chequeadores de vuelo hasta que se dictaron las normas que limitaron la actuación de personal no venezolano en las cabinas de mando.

En uno de los primeros casos de apoderamientos ilícito de aeronaves, estuvo involucrada una aeronave de TACA de la que hizo cargo de manera inesperada e imprudente el copiloto durante una escala en Maturín.

Cierta gama de dificultades logró que también acá, los propietarios de la compañía resolvieran apartarse del negocio por lo cual a partir de 1952 la aerolínea fue progresivamente absorbida por la Línea Aeropostal.

La mayor parte del material de vuelo para aquel momento pasó a operarlo la estatal LAV. Las aeronaves de TACA de Venezuela cubrieron casi la totalidad de la geografía nacional incluyendo Guayana.

Casi sin excepción, los DC-3 de la “guacamaya” alternaban en las principales aeroplazas cubiertas por AVENSA y LAV por lo cual hubo sobre saturación en la oferta.

Data de agosto de 1944 la creación formal de TACA en nuestro país. De este episodio fueron gestores Alfredo Machado Hernández, Pedro Vallenilla Echeverria y Martin Marciales, franquiciados para establecer la Línea Aérea Taca de Venezuela, derivada de la colombiana.

Machado Hernández, ex ministro de Hacienda del presidente Medina Angarita, obtiene los derechos de explotación de ruta Bogotá-Maracaibo-Maiquetía. Cuando tuvo lugar la compra-venta de los derechos, la directiva la integraron Alfredo Machado Gómez, presidente, gerente general, Luis Paul, Enrique Chávez, gerente de tráfico, M. Merrian, gerente de mantenimiento y Lee Croucher, gerente de operaciones y jefe de pilotos.

Albert Selgas informó a través de Aviación Venezolana en Retrospectiva que al hurgar en la bitácora de su padre, quien fuera tripulante de mando en TACA de Venezuela, encontró tres entradas con la matrícula YV-AZB, todas a la Gran Sabana, “ lo extraño es que aparece como DC3 en noviembre 30/31 y diciembre de 1949. Aparecen cientos de entradas con YV-AZS AZH AZC AZM AZT AZY AZP AZK AZO AZQ AZF AZR AZJ AZX AZI etcétera, todos, DC-3. ¿Será que TACA salió de ese avión y trasladaron la matricula a un DC-3 o el viejo se equivocó ( raro ) y lo puso como DC-3?”

Para Fabián Capecchi, investigador administrador de la Aviación Venezolana en Retrospectiva, los aviones de TACA recibieron la matrícula con el prefijo AZ y cambio de la tercera letra. Así fue desde el primer equipo de vuelo, aun sin que las siglas incluyeran la C entre el distintivo YV y el distintivo de la aeronave.

El día 22 de octubre de 1946, hace su primer arribo al aeropuerto de Mérida, un avión DC-3 de TACA, el cual era pilotado por el capitán Rafael Benito Betancourt, siendo este uno de los grandes acontecimientos de mayor envergadura en el estado, ya que la pista era de tierra y no se contaba con la infraestructura y las zonas de seguridad debidamente delimitadas.

Hay que ver si ese accidente corresponde a éste, pues no se menciona qué aerolínea lo operaba. El 15 de marzo de 1947 un DC-3 matrícula YV-AZP se salió de la pista con un total de 27 personas abordo, En el accidente resultó lesionado un pasajero a quien le diagnosticaron fractura de un tobillo. Para evitar nuevos accidentes se tomaron medidas correctivas tales como que todos los aterrizajes se hicieran en sentido sudoeste y la zona de seguridad fue nivelada hacia otro lado, además, que el piloto de la aeronave debía reportarse antes de entrar en el paso de El Vigía con la torre de control (T.W.R.) a fin de conocer las condiciones del tiempo en el campo de aterrizaje.

El capitán Selgas recuerda que su padre, Fernando Selgas, capitán en TACA de Venezuela –fundador de Viasa en 1961 hasta pasar al retiro en 1981 con excelente hoka de servicio-, siguió desde el aire en un DC-3 de TACA, el desenvolvimiento de la carrera de automóviles Caracas-M;aracaibo-Caracas, que tuvo lugar en 1951. Desde el aire los locutores narraban las incidencias a lo largo de la ruta por una infraestructura en regulares condiciones como era la vialidad de entonces –comienzos de la década de 1950, en ejecución del programa nacional d vialidad nacional-.

Eduardo Bello: testigo del advenimiento. Ejemplo de superación profesional. Eduardo Bello reside en Catia La Mar retirado de las actividades aeronáuticas a las que se integró precisamente en Taca, el 2 de enero de 1945. Tenía 17 años cuando ingresó a la nómina en la que fue el número dos de los contratados para servir como ayudante de mecánica. Le toca cumplir el Servicio Militar por lo cual se distancia de TACA un par de años hasta el regreso a Maiquetía donde reingresa a la aviación pero en AVENSA antes de dar el salto a RANSA. Muy bien llega a conocer a los capitanes Díaz Nurce, Carlos Pernalete, Rafael Elías Guillot y Juánchez, Díaz Borges, entre otros renombrados aviadores de la carguera que da cobertura a las rutas domésticas, hacia los llanos venezolanos y a los servicios internacionales con potentes Curtiss C-46. A finales de los años cuarenta, Ransa daba empleo a 24 pilotos para que con cuatro DC-3 y cuatro Curtíss C 46, completaran entre 15 y 20 vuelos semanales. La había fundado con menos de medio millón de bolívares, el capitán Carlos Chávez, ex radiotelegrafista, aviador desde 1939. Chávez, era nativo de La Vela de Coro.

Lo aparta hacia el béisbol la afición desde niño y saber jugar bien por lo cual figurará en la novena campeona del equipo de los Servicios Portuarios de La Guaira.

“Era buen pitcher y bateador apreciado por los jefes del equipo donde ganaba más que como mecánico pues devengaba 900 bolívares como pelotero contra 700 en la aviación. No aguanté mucho porque resolví volver a mi formación primaria como mecánico; … ingreso a la Aeropostal en donde colaboro en el mantenimiento de los Constellation y los Viscount: turbinas, overhauld, montar y reparar motores según la programación para cada equipo”.

El Gordo Nava, Antonio Dugarte, Pedro Monsalve, Luis Emiro Bethencourt, los capitanes Párraga y Salazar, son algunos nombres que salen en el curso de la conversación de quien asciende a Inspector Técnico en el Ministerio de Comunicaciones, Dirección de Aeronáutica Civil. Eso fue entre 1958 y 1960.

Jeff Murray figuró en el extenso grupo de pilotos sobre todo norteamericanos atraídos por las casi ilimitadas oportunidades de trabajo abiertas en el país cuando acabó la Segunda Guerra Mundial. A Murray lo trae la Venezuelan Atlanctic para que le volara el Beechcraft D-18, avión que el entrevistado conoció muy bien en TACA pues con dos del mismo tipo de aparato, en 1945 comenzó los vuelos desde Maiquetía siendo Bello uno de los mecánicos que rápidamente se adiestra en el mantenimiento de los motores y sistemas del bimotor con un par de timones de cola.

Murray lo lleva al asiento derecho como copiloto/mecánico del avión que cubría religiosamente los campos petroleros Lechoso, Tucupido, Oricupao, Punta Gorda, …

“Oye chico –le dice cierto día Murray: con tanto burro volando porqué tu no te pones a estudiar para acreditarte como piloto”.

A lo insinuado prosiguió el curso de pilotaje en la Escuela Miguel Rodríguez, el primero dictado en La Carlota, a donde había sido mudada desde Maracay. El director era el capitán Aureliano Guzmán Zavarse. Hasta cumplida la formalidad del primer “vuelo solo” el adiestramiento estuvo a cargo del exigente capitán Hernández antes

En 1962 ingresó Eduardo Bello a la aviación petrolera con las credenciales de capitán de aviación civil. Se hizo cargo de los controles de un Queen Air 80 de la Texaco. Allí estuvo hasta 1975 cuando lo contrata León Mikuski para que en un Citation I, trasladara a Luis Piñerúa Ordaz en la campaña por la nominación y luego como candidato de AD. Para León y Francisco Mikuski trabajó ocho años antes de contratarlo BANDAGRO. Allí pilotó hasta el 17 de febrero de 1992, un bimotor Cessna 340. Así completó 45 años de dedicación a la aviación, cada vez con mayores responsabilidades, credenciales acumulados por los éxitos alcanzados.

Eduardo Bello es otro de los varguenses puros descendientes directos de la rama familiar Luy-Urbano, propietaria de las tierras tomadas en arrendamiento por la Pan American en el sitio de Mare, cercano a donde funcionaba el Leprocomio de Cabo Blanco, cerca de Maiquetía.

Era una extensión grande la propiedad de uno de los dos Luy que, llegados de España, casa con vecina del litoral apellidada Urbano, familia propietaria de la finca que se extendía desde el mar hasta tomar parte del pie de monte , donde colinda con la vía del tren y la vieja carretera Caracas-La Guaira. Otra rama de los Luy creció en los Valles del Tuy.
                (Entrevista celebrada en Catia La Mar con la cooperación de Alejandro Cabrera Pérez).

Eduardo Bello, fotografiado en Catia La Mar, donde reside.

Uno de los dos primeros aviones de TACA de Venezuela: Beechcraft D-18.

Douglas DC-2 de TACA frente a la torre de control de Maiquetía.

Douglas DC-3 de TACA (YV C AZK) toma pasajeros en Maiquetía

Portada del trabajo con recuerdos de TACA editado por Diógenes Salazar

Rafael Antonio Leandro cuando trabajaba para TACA de Venezuela.

El capitán Luis Toro (hijo del célebre fotógrafo Torito) posa en sus años mozos cuando era piloto de Douglas en TACA de Venezuela

Publicidad navideña.

Aviso de interés general publicado en la prensa por la compañía.

Hugo Valdivieso, Rafael Antonio Leandro, Rafael José Mujica, team margariteño. (c.1948), Maiquetía talleres de TACA. Fotografía tomada por Alcibíades Rafael Rivas Gonzalez, también mecánico de TACA.


1 comentario:

  1. Por lo que a mi me corresponde, esta es una gran contribución al estudio del devenir de esta Línea Aérea, ademas de ser un gran aporte a la historia de la aviación venezolana, y lo que representó en estos primeros momentos de la gran aventura aérea en nuestro país !!! FELICITACIONES, y que se siga aportando mas conocimiento sobre los "caminos del aire en Venezuela"

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